Fabricio Wedum saltó al podio mayor cuando derrotó a Cain Velasquez en UFC 188, unificando el cinturón de peso completo y convirtiéndose en el número uno del mundo. Pasaron exactamente trece años desde su debut profesional para que llegara al tope de su carrera, a sus jóvenes 38 años de edad; y tras experimentar varias etapas de su carrera, sonríe desde la cima como un peleador que ha madurado física, técnica y mentalmente.
“A mí no me gusta hablar de mí mismo. No me gusta, me gusta que el público diga esto”, declaró Werdum tras un recuento breve de sus victorias destacadas que incluyen sobre grandes figuras como Fedor Emelianenko, Antonio Rodrigo Nogueira, Alistair Overeem, y ahora Cain Velasquez. “Yo le gané a los mejores del mundo, soy el único que ha ganado en la historia [campeonatos mundiales] en las tres modalidades, jiu-jitsu, grappling, y MMA, no hay otro que ha hecho este logro. Me gusta esto, pero no puedo estar hablando todo el tiempo [de mí] porque voy a parecer un creído”.
Se puede decir que su legado lo ha dejado bien sellado. Werdum, en efecto, le ha ganado a los mejores del mundo. Pero cuando le mencionan que ya podría dejar el pasado atrás y seguir a construir nuevas historias en su carrera dentro y fuera de la competencia, propone revanchas con la confianza que ha ido desarrollando para consolidar aún más su nombre, aunque el explica que es una cuestión de respeto.
“Le daría a (Fedor y a Cain) la revancha”, comenzó a explicar Fabricio. “Lo importante es que yo esté bien entrenado. Si yo estoy bien entrenado le daría la revancha a los dos sin ningún problema. Los dos son peleadores que respeto mucho. No son de estos que hablan mucho. No hablan nada. Pueden ver que ninguno de los dos hablan cosas malas de sus oponentes, como ocurre mucho en el mundo de UFC, de MMA, que hablan cosas antes y sé que es para promover la pelea. Pero [Fedor y Cain], los dos hacen una promoción muy diferente. Lo hacen dentro del octágono, demostrando que son buenos. Tengo Mucho respeto a los dos, Cain Velasquez y Fedor.
“Yo creo que estaría muy bien. Volviendo Fedor después de tres años, descansando de la presión, de todo esto […] Tengo ganas [de pelear con Fedor] porque lo respecto mucho, y creo que la gente lo olvidó muy rápido. Fedor es uno que está en la historia del MMA. Diez años sin perder. Le ganó a los mejores del mundo, y la gente se olvidó bastante rápido. Si tú le preguntas a un aficionado nuevo que hace un año está siguiendo el UFC, ¿quién es Fedor?, no va a saber decirte. Lo más justo es que UFC contrate a Fedor porque creo que se lo merece, como respeto de todos nosotros, los peleadores, aficionados y organizaciones. Fedor se lo merece.
“Le daría la revancha a los dos, sin ningún problema, pero como dije yo bien entrenado a mi me da igual. Como negocio no es lo mejor que puedo hacer, porque el más fuerte de la división es Cain Velasquez. Ahora mismo, después de mí claro. Pero Cain Velasquez [se merece la revancha] después de todo lo que ha hecho. No sólo Cain Velasquez, Fedor también merece una revancha. Pero no soy yo el que decide, nunca en mi vida. El que me ponga UFC, yo voy a estar bien preparado, cien por ciento”.
Las últimas dos peleas de Fabricio Werdum han sido en México, los únicos dos eventos que UFC ha tenido en el país. En el primero, UFC 180, Werdum conquistó el cinturón interino al noquear a Mark Hunt con una rodilla voladora en el segundo round, y en UFC 188, Werdum unificó el cinturón al encajar una guillotina para finalizar a Cain Velasquez en el tercer round. La bienvenida que ha tenido el brasileño a su país ha sido uno renovado, y es con justa razón que expresa un deseo por pelear en su país natal, aunque también propuso la localidad de Las Vegas para su segunda pelea con Cain Velasquez.
“Me gustaría pelear en Brasil, en mi ciudad de Porto Alegre. Yo estoy seguro que Porto Alegre llenaríamos el estadio, se llama Arena [do Gremio], 50 mil seguro. Porque tan sólo una parte del Gremio, que se llama gerao me apoyan mucho y sólo ellos ya son 20 mil. Yo estoy seguro que se podría llenar un estadio como de 50 mil personas”.
A lo largo de la plática, la sonrisa de Werdum es constante, aparece entre sus oraciones, entre bromas, y es una sonrisa que se ha visto frente las cámaras en cada conferencia de prensa, en cada entrevista, incluso frente a sus oponentes, en los careos antes y durante el pesaje. Su confianza irradia en todo momento, y le pregunto se es parte de su juego mental, un juego fundamental en las competencias de MMA que rodean a los peleadores con tensiones, nervios, temores, ansiedades, corajes, y altibajos psicológicos constantes.
“Yo soy así”, me explica. “Pero las dos cosas me ayudan bastante cuando voy a pelear. A lo mejor ellos piensan, ‘¿cómo puede estar tan tranquilo? Vamos a pelear mañana’. Y yo siempre jugando. No lo hago a propósito. No pienso que lo voy a hacer como una estrategia, pero yo sé que ayuda bastante. Entonces yo soy yo mismo. Yo soy así. Me gusta jugar, tengo 38 años pero me siento como si fuera un niño. Yo soy así. La gente que me conoce ya sabe que yo no cambio nunca. Claro que tengo mis tiempos que me enfado, que estoy estresado, es normal. No puedo decir que las 24 horas me estoy riendo. No voy a mentir, pero cuando estoy con mis compañeros de entrenamiento, mi equipo, nos estamos tomando del pelo uno al otro, eso me gusta. Así me concentro bien. Cuando tengo que pelear así peleo. Pero tienes razón, yo creo que me ayuda bastante pero no lo hago a propósito como estrategia, pero sé que me ayuda.
Sobre la confianza: “[Llega] con el tiempo y más con la confianza del entrenamiento. Cuando estás bien entrenado, la confianza viene natural. Ya me pasó de intentar ser una cosa que no era yo. Contra [Junior] dos Santos, yo no estaba entrenando lo suficiente. Vivía en Brasil, peleaba ya en UFC, entonces cuando ganas en dólares y te vas a Brasil, tu dinero triplica. Entonces estaba ganando mucho dinero y hubo un momento que casi me voy a otro lado. Me estaba saliendo de mi personalidad, las fiestas, pensaba que era el mejor del mundo, y en ese momento no era el mejor del mundo porque no estaba entrenando lo suficiente para serlo. Entonces justamente dos Santos me noqueó, y esto pasó a la decisión de mi vida: o voy a ser un profesional cien por ciento, o voy a ir al otro lado con fiestas y drogas, porque es muy fácil ir al otro lado. Es facilísimo. Justo en ese momento decidí y aprendí en este momento no hablar de más del oponente. No es lo mío, hablar mal. Ésa vez hablé [mal] porque no estaba confiado. No estaba entrenando. Rafael [Cordeiro] se había ido a Estados Unidos y yo me quedé en Chute Boxe. No ha sido la culpa de UFC o de Chute Boxe, ha sido mi culpa. Después me di cuenta, pero al principio no quería ver eso. No quería ver que la culpa era mía, pero sí era mía. Y hoy puedo ver que era completamente mi culpa. No estaba entrenando para ser el campeón mundial en ese momento. Ese momento fue para mí fundamental para mí, decidir lo que quería hacer yo. Me fui a Estados Unidos, con mi familia”.
Desde entonces, no ha habido vuelta atrás. El jiu-jitsu brasileño de Fabricio Werdum siempre ha sido un factor presente en su carrera de MMA, pero su pelea de pie, se ha ido desarrollando en una velocidad estable, y ahora presume uno de los golpeos más estables en UFC. Guiado por el trabajo de Rafael Cordeiro, el campeón de peso completo presume combinaciones de muay thai clásico adaptado al MMA con precisión, un gran clinch de muay thai, y si su distancia y golpeo preocupan a su oponente que busque derribar, el jiu-jitsu de Werdum habla por sí mismo, sometiendo a Fedor, a “Minotauro” Nogueira y ahora a Cain Velasquez, entre tantos más. Es difícil no irradiar confianza con tanta habilidad traducido a logros competitivos. Pero Fabricio quiere mantener los pies en la tierra.
“Yo tengo muchos ejemplos en MMA que se le subió mucho a la cabeza. Que por la gente, por la fama, el dinero, cambiaron muchísimo, y creen que son más que los demás. Nadie es más que nadie. Todos somos iguales. Sólo somos de diferentes profesiones, éxitos, pero hay que mantener tu personalidad, jugando con la gente. Creo que es más por los ejemplos que tengo de la gente que hace esto que voy a intentar de mantener esto para siempre. Mi personalidad natural.
“Si le gano ahora a Cain Velasquez y a Fedor, lo digo bromeando, pero a lo mejor es verdad, yo me voy a jubilar porque tengo 38 años, puedo seguir con las transmisiones que me gusta mucho. Quiero ayudar a UFC a crecer más el mercado en Latinoamérica”.
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